domingo, 27 de julio de 2008

Mezzosoprano

Buscando un refugio, huyendo del destino, me adentre en un recinto, hasta llegar a su fin. Allí escuche hermosos cantos que rondaban el aire, y sus notas musicales que llegaban a mi corazón. Había descubierto un medio de escape, tal vez la salvación.
La emoción era muy grande, la felicidad era plena, lagrimas brotaban de mis ojos, reflejo de mi sinestesia. En ese instante el tiempo se detuvo, pues ahora veía todo claro: de donde salían aquellas voces, tan majestuosas melodías.
Y vi tu rostro, vi la belleza, y continuó en ese momento el curso de mi existencia, pues había visto un sueño que se hacia realidad, el contemplar tu presencia en medio de la música, en medio de la vida que quería olvidar.

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